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Cumbre por la Democracia, Washington: Sangriento Circo de la Casa Blanca para agredir a China y Rusia.

 
 
1. Sangrienta Farsa en Washington 

Del 29 al 30 de marzo, tuvo lugar en Washington el cónclave global denominado “Segunda Cumbre por la Democracia”, al cual Joseph Robinette Biden Jr. invitó a 120 líderes globales. Copatrocinado por los gobiernos de Costa Rica, Países Bajos, Corea del Sur y Zambia, el evento tuvo un formato virtual el primer día, seguido por reuniones híbridas en los países anfitriones, con representantes gubernamentales y de la sociedad civil.

 

Para “promover la democracia a nivel mundial” y “mantener encendida la antorcha de la libertad” (keep the torch of liberty burning), Biden anunció que gastará unos $690 millones en esa operación y que tratará de conseguir $9.5 billones más del Congreso para el mismo objetivo. Estos montos se suman a los $400 millones comprometidos en diciembre de 2021 en la primera edición de la cumbre.

 

2. Washington: Capital mundial del asesinato político

 

Lo perversamente irónico de esta farsa --que se realizó en la ciudad que Noam Chomsky y Edward S. Herman denominaron the political murder capital of the world” en su obra The Washington Connection and Third World Fascism -- es, que el dueño del circo tiene las manos manchadas de sangre.

 

En tan sólo un año de guerra de agresión (2022) contra Rusia en Ucrania, Washington ha causado 300,000 muertos y ocho millones de refugiados en el exterior; el 20 de marzo fue el 20vo aniversario de la invasión a Irak, donde Washington mató a más de un millón de personas; de 1961 a 1975 lanzó 7 millones de toneladas de bombas sobre las indefensas sociedades campesinas de Indochina, más que las usadas en ambas guerras mundiales juntas, y tiró 80 millones de litros de herbicidas tóxicas sobre Vietnam, causando la muerte de más de 5 millones de personas; en 1945 atacó en un horrendo crimen de lesa humanidad a la población civil (sic) de Hiroshima y Nagasaki con bombas nucleares, matando a más de 200,000 personas, y así, ad infinitum.

 

3. NED: Cuartel Global Subversivo de Gobiernos Mundiales

 
 

La Cumbre es una protuberancia del Movimiento Mundial por la Democracia, World Movement for Democracy, lanzado en febrero de 1999 por la Fundación Nacional para la Democracia (NED), que reunió en Nueva Delhi a ONG´s, activistas e intelectuales de 80 países, para discutir formas de “promover la democracia”.

 

El National Endowment for Democracy (NED), a su vez, constituido en 1983 por el Congreso estadunidense en Washington D.C., es uno de los múltiples brazos de la subversión estadunidense destinada a mantener su dominación global neocolonial. Se trata de una de las instituciones más antidemocráticas del mundo que, como dice acertadamente el coronel del ejército estadunidense, Douglas Mcgregor (ret.), debería rebautizarse como “The Color Revolutions´ Headquarter for the Subversion and Instalation of New Governments that are Subservient and Responsive to U.S. Will”.

 

4. Guerra Mundial de Agresión contra Rusia y China

 

La verdadera razón de esta cínica “Cumbre por la Democracia” radica, por supuesto, en la catastrófica derrota militar de Washington en Ucrania; las contundentes declaraciones del presidente Xi en Moscú, de que con Rusia se realizarán los cambios que “no han sucedido durante los últimos cien años”; del vocero del Ministerio de Defensa de China, Tan Kefei, que Washington es la más grande amenaza a la paz, seguridad y estabilidad del mundo: “the biggest threat to world peace, security and stability”; el imparable avance de la alianza económica y militar entre India y Rusia; la asimilación orgánica de Irán y Arabia Saudita a la SCO y los BRICS, etc.

 

El Occidente Colectivo, encabezado por Washington, trata de organizar una cruzada mundial contra China y Rusia, para impedir el colapso de la tiranía global burguesa de los últimos cinco siglos. Dado que su degeneración moral y cinismo no tiene límites, la organiza en nombre de “la Democracia”. Una false flag-operation, que no logrará impedir el nacimiento de la penta-céntrica ecúmene y la hegemonía euroasiática del sistema mundial.

 

5. Digna Posición de China ante la Agresión de Washington

 

Coincidentemente con la Cumbre sinofóbica y rusofóbica en Washington, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China publicó un detallado análisis sobre "El estado de la democracia en los Estados Unidos, 2022", donde concluye que "La llamada democracia de Estados Unidos ha sido secuestrada durante mucho tiempo por grupos de interés y capital, y ha traído inestabilidad y caos al mundo": “America’s so-called democracy has long been hijacked by interest groups and capital, and brought instability and chaos to the world”.

 

Y, que el círculo vicioso de pretensiones democráticas, políticas disfuncionales y una sociedad dividida continuó en los Estados Unidos en 2022: “In 2022, the vicious cycle of democratic pretensions, dysfunctional politics and a divided society continued in the United States”. 

 

Ninguna persona racional, que está informada sobre la situación interna y exógena de Estados Unidos, podría disentir de esta evaluación objetiva y equilibrada del gobierno del Presidente Xi Jinping.

Fuente: www.ciencialibertad.org

Los dos tercios y el miedo a más democracia en Chile

La posible ratificación del quórum de dos tercios para aprobar las normas de la nueva carta magna en Chile, por parte de la Convención Constitucional, es una mala noticia para la democracia del país y el proceso constituyente en curso.

Sostengo esto, ya que los dos tercios fueron uno de los pilares fundamentales del llamado Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, firmado el 15 de noviembre del 2019 por buena parte de la clase política, la cual se vio obligada a sentar las bases para la redacción de una nueva constitución, pero fundada desde el miedo.

Un miedo de parte de la clase política frente al desborde de la revuelta social, la cual fue capaz de interpelar los cimientos de la institucionalidad neoliberal en Chile por 30 años, en donde la Constitución de 1980 de Pinochet fue la piedra de tope para realizar transformaciones democráticas profundas en el país.

De ahí que la derecha no le haya quedado otra opción que ceder al plebiscito por una nueva Constitución, pero poniendo la condición del quórum de los dos tercios, el cual supuestamente garantizaba la representación de la derecha en la Convención Constitucional y el boicot así de planteamientos transformadores, con solo un tercio de los constituyentes elegidos.

El problema para la derecha es que subestimó el nivel de politización de la sociedad chilena, reflejada no sólo en el enorme triunfo del apruebo, sino también al no ser capaz de lograr el ansiado tercio de sus constituyentes.

Frente a este escenario, de derrumbe del mundo conservador en Chile, parecía ser el momento óptimo para que las fuerzas transformadoras, elegidas en la Convención Constitucional, cambiaran el quórum de los dos tercios a mayoría simple, ya no para derrotar a la derecha, sino para ampliar la democracia existente en el país.

Lo dramático de todo esto, es que algunos sectores de izquierda de la Convención Constitucional prefieren mantener los dos tercios, apelando a argumentos conservadores, señalando que este quórum permite generar acuerdos más amplios y mayor estabilidad política para el país, repitiendo así una retórica de los acuerdos, que finalmente terminó beneficiando a una elite política y económica por 30 años, que poco y nada le interesó construir una democracia participativa.

Además, aquellos sectores de izquierda han planteado, como es el caso del convencional Agustín Squella, de que cambiar este quórum de dos tercios pondría en riesgo la misma Convención Constitucional, ya que se había definido así desde un comienzo por el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, no entendiendo así que este proceso es también de carácter destituyente.

Habría que recordarle a Squella que el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución fue más que nada un salvavidas para la clase política actual, completamente desprestigiada y deslegitimada, y que no tuvo ningún tipo de participación de la ciudadanía, ya que fue generado a puertas cerradas por partidos políticos y un congreso que se negó históricamente a cambiar la constitución de manera democrática.

Asimismo, apelar a que estos dos tercios no son lo mismo que los dos tercios de la Constitución de la Dictadura, ya que es a partir de una hoja en blanco, es conformarse a escribir una Constitución hecha a la medida de las alianzas de partidos políticos.

Por el contrario, lo que se trata es justamente de abrir la discusión política, no de cerrarla a través de pactos estratégicos. Por eso no es suficiente el plebiscito de salida, para aprobar la nueva constitución, ya que lo que se demanda desde la ciudadanía es mucha más participación.

En consecuencia, la aprobación de este quórum de dos tercios no es otra cosa que una respuesta poco democrática a un proceso constituyente inédito en Chile, que no solo es de quienes fueron elegidos como convencionales para redactar la nueva constitución, sino que pertenece a todas y todos que somos parte del país.

En otras palabras, quienes votamos por el apruebo y por la Convención Constitucional el 25 de octubre del año 2020, votamos por una nueva Constitución redactada de la manera más democrática posible, y no por un quorum de dos tercios. Creer lo contrario, es pensar que existe este proceso constituyente gracias al parlamento y no por la gigantesca movilización social del 2019.

Por suerte, existen muchas y muchos convencionales que sí han optado por cambiar este quórum de dos tercios por mayoría simple y que también propusieron la idea de plebiscitos dirimentes vinculantes, en donde la ciudadanía pueda votar por normas constitucionales cuando no se lleguen a los dos tercios en la Convención, democratizando de esta manera los mecanismos de participación.

Fuente: www.cooperativa.cl

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