A propósito de los 50 años, una reflexión desde Curacaví.
Comienzo mi reflexión con este título: ”a propósito de los 50 años” y digo “a propósito” porque tengo la sensación y percepción que estos cincuenta años se viven como un evento y no como una memoria.
En los artículos trato de mezclar mi mirada desde la Psicología para generar una opinión sustentada en una mirada analítica formal, la que por ningún motivo es una “verdad” única. Es más, permite ampliar la mirada a un fenómeno que vivimos y en muchas ocasiones no logramos integrar.
La finalidad de este artículo no es para hablar más de lo que se sabe respecto al golpe militar y deshumanización con la cual se implementó el régimen militar repudiado mundialmente. Es para mostrar como impactó en nosotros y nuestra subjetividad (pensamientos) colectiva.
Hoy en día enfrentamos uno de los desafíos más grandes a nivel mundial en salud Mental, las enfermedades neurodegenerativas tales como el Alzheimer, Parkinson, cuerpos de Lewy, Hamilton y otras atípicas (poco comunes) entre algunas. A quien no le ha tocado vivir directa o indirectamente esta realidad y como afecta tanto a la persona como a su entorno. Quisiera tomarme de una de estas enfermedades más común y con más prevalencia (se repite) y es el Alzheimer.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa con la particularidad de la pérdida de memoria que puede ser progresiva o aguda. En general es progresiva disminuyendo la capacidad de la persona para realizar las actividades de la vida diaria (AVD). Si bien afecta a distintitas áreas más me gustaría destacar para los fines del articulo, la memoria.
Cuando vemos una persona con pérdida de memoria por esta enfermedad vemos un sujeto que se está “desintegrando” es decir va perdiendo su identidad; quien es, quien era, quienes son. La memoria nos define, nos permite tener un sentido de pertenencia y las situaciones positivas o negativas que hemos experimentado van constituyendo nuestro ser. La memoria nos permite una identidad.
La identidad es quienes somos y cómo nos ven. Está construida por los recuerdos, por nuestro vivenciar. Es por eso que se nos hace tan difícil poder comprender y aceptar a un familiar o persona que pase por esta enfermedad que nos va “borrando” quienes somos o fuimos. Nos provoca una tremenda tristeza que esa persona que conocimos de una manera se transforme lentamente en un desconocido para nosotros y el mismo.
Nos tomaremos de nuestros internacionalmente connotados científicos chilenos Maturana Y Varela, quienes nos proporcionan una mirada desde la biología al comportamiento del sujeto en su fenomenología.
Si, por ejemplo, pensamos en un sujeto con Alzheimer y lo extrapolamos (comparamos) con una sociedad podemos hacer un paralelo. ¿Qué sería entonces una sociedad sin memoria? Una sociedad sin identidad y como se mencionó la identidad es aquello que nos define.
Lo sucedido para el golpe militar independiente de la mirada “politicista” es una historia traumática que cómo todo trauma en un sujeto es necesario sanar. El negar la memoria es no facilitar la reconstrucción de la identidad.
Debemos ser capaces de comprender qué es parte de nuestra historia traumática y es necesario rescatar esa memoria para facilitar la resignificación de las experiencias traumáticas y así dar paso a una nueva forma de vernos y que sea una reconstrucción de la identidad.
No olvidemos que las masacres y vejámenes NO están justificadas bajo ningún pretexto, recordemos que la mayoría de las víctimas eran jóvenes, 20, 25, 30 y algún que otro mayor. Podría ser tu hijo o hija, tu sobrina o sobrino, tu nieto. Las imágenes y los look nos hacen pensar que son personas ya “viejas” y no jóvenes como los que los rodean actualmente.
Cuando ocupé el término deshumanización se trata de mostrar “en qué momento la vida de un ser humano deja de ser importante” más allá de la religión, partido político, equipo de futbol o clase social. Nos tendría que sorprender que a veces nuestro comportamiento como sociedad le da poco valor a lo humano y más a lo material.
Es importante recordar que solo nuestra memoria nos permite saber quiénes somos y cómo queremos ser en tanto personas y sociedad. Y así generar cambios.
Por lo tanto a propósito de los 50 años la invitación es a hacer memoria por todas las personas que aún no encuentran tranquilidad en sus corazones y conciencia.
Los invito al museo de la memoria y a los distintos Sitios de Memoria a lo largo del país. En Curacaví, por cierto, hay uno.
- Publicado en Blog de Opinión