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A propósito de los 50 años, una reflexión desde Curacaví.

El olvido está lleno de memoria
Eduardo Benedetti

 

Comienzo mi reflexión con este título: ”a propósito de los 50 años”  y digo “a propósito” porque tengo la sensación y percepción que estos cincuenta años se viven como un evento y no como una memoria.

En los artículos trato de mezclar mi mirada desde la Psicología para generar una opinión sustentada en una mirada analítica formal, la que por ningún motivo es una “verdad” única. Es más, permite ampliar la mirada a un fenómeno que vivimos y en muchas ocasiones no logramos integrar.

La finalidad de este artículo no es para hablar más de lo que se sabe respecto al golpe militar y deshumanización con la cual se implementó el régimen militar repudiado mundialmente.  Es para mostrar como impactó en nosotros y nuestra subjetividad (pensamientos) colectiva.

Hoy en día enfrentamos uno de los desafíos más grandes a nivel mundial en salud Mental, las enfermedades neurodegenerativas tales como el Alzheimer, Parkinson, cuerpos de Lewy, Hamilton y otras atípicas (poco comunes) entre algunas. A quien no le ha tocado vivir directa o indirectamente esta realidad y como afecta tanto a la persona como a su entorno. Quisiera tomarme de una de estas enfermedades más común y con más prevalencia (se repite)  y es el Alzheimer.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa con la particularidad de la pérdida de memoria que puede ser  progresiva o aguda. En general es progresiva disminuyendo la capacidad de la persona para realizar las actividades de la vida diaria (AVD). Si bien afecta a distintitas áreas más me gustaría destacar para los fines del articulo, la memoria.

Cuando vemos una persona con pérdida de memoria por esta enfermedad vemos un sujeto que se está “desintegrando” es decir va perdiendo su identidad; quien es, quien era, quienes son. La memoria nos define, nos permite tener un sentido de pertenencia y las situaciones positivas o negativas que hemos experimentado van constituyendo nuestro ser. La memoria nos permite una identidad.

La identidad es quienes somos y cómo nos ven. Está construida por los recuerdos, por nuestro vivenciar. Es por eso que se nos hace tan difícil poder comprender y aceptar a un familiar o persona que pase por esta enfermedad que nos va “borrando” quienes somos o fuimos. Nos provoca una tremenda tristeza que esa persona que conocimos de una manera se transforme lentamente en un desconocido para nosotros y el mismo.

Nos tomaremos de nuestros internacionalmente connotados científicos chilenos Maturana Y Varela, quienes nos proporcionan una mirada desde la biología al comportamiento del sujeto en su fenomenología.

Si, por ejemplo, pensamos en un sujeto con Alzheimer y lo extrapolamos (comparamos) con una sociedad podemos hacer un paralelo. ¿Qué sería entonces una sociedad sin memoria? Una sociedad sin identidad y como se mencionó la identidad es aquello que nos define.

Lo sucedido para el golpe militar independiente de la mirada “politicista” es una historia traumática que cómo todo trauma en un sujeto es necesario sanar. El negar la memoria es no facilitar la reconstrucción de la identidad.

Debemos ser capaces de comprender qué es parte de nuestra historia traumática y es necesario rescatar esa memoria para facilitar la resignificación de las experiencias traumáticas  y así dar paso a una nueva forma de vernos y que sea una reconstrucción de la identidad.

No olvidemos que las masacres y vejámenes NO están justificadas bajo ningún pretexto, recordemos que la mayoría de las víctimas eran jóvenes, 20, 25, 30 y algún que otro mayor. Podría ser tu hijo o hija, tu sobrina o sobrino, tu nieto.  Las imágenes y los look nos hacen pensar que son personas ya “viejas” y no jóvenes como los que los rodean actualmente.

Cuando ocupé el término deshumanización se trata de mostrar “en qué momento la vida de un ser humano deja de ser importante” más allá de la religión, partido político, equipo de futbol o clase social. Nos tendría que sorprender que a veces nuestro comportamiento como sociedad le da poco valor a lo humano y más a lo material.

Es importante recordar que solo nuestra memoria nos permite saber quiénes somos y cómo queremos ser en tanto personas y sociedad.  Y así generar cambios.

Por lo tanto a propósito de los 50 años la invitación es a hacer memoria por todas las personas que aún no encuentran tranquilidad en sus corazones y conciencia.

Los invito al museo de la memoria y a los distintos Sitios de Memoria a lo largo del país. En Curacaví, por cierto, hay uno.

Chena y Lonquén: nuestro homenaje será la memoria

Un caso emblemático es el de los Hornos de Lonquén, en la comuna de Talagante, pues fue la primera vez que salió a la luz pública la existencia de asesinatos y ocultamiento de cuerpos. En el lugar se encontraron restos óseos de 15 personas que fueron detenidas en 1973 por Carabineros en Isla de Maipo. En 1996 se le dio la categoría de monumento histórico, pero en 1980 el dueño del fundo Lonquén dinamitó los hornos haciendo desaparecer el lugar y, aunque en 2005 el Fisco adquirió los terrenos, no está abierto al público para ser visitado ni para conmemorar a las víctimas. La memoria obstinada ha caracterizado a las familias de las víctimas. Y creemos en aquello porque nuestro único homenaje posible a cientos de víctimas que eran jóvenes militantes, dirigentes campesinos y ferroviarios, será siempre la justicia y la memoria.

Casi 30 centros de detención, prisión política, tortura y ejecución existieron en las provincias de Maipo, Talagante y Melipilla durante la dictadura cívico-militar que se instauró desde septiembre de 1973 en Chile. El Golpe buscó arrasar con trabajadores y dirigentes que eran parte del proceso político que la Unidad Popular llevaba adelante en el marco de la Reforma Agraria. Regimientos de infantería en San Bernardo, Buin y un complejo de FAMAE en Talagante fueron recintos del Ejército utilizados para ejercer la represión contra la comunidad de la zona; retenes, tenencias y comisarías ocuparon Carabineros en Melipilla, Curacaví, Alhué, María Pinto, Talagante, Peñaflor, El Monte, Isla de Maipo, Buin, Paine, San Bernardo; cuarteles por la Policía de Investigaciones en Talagante, San Bernardo, Buin; y las cárceles de Melipilla, Talagante, Buin y San Bernardo.

En todos estos lugares se vivió el horror de la desaparición forzada, la tortura y el exterminio de compatriotas y, al cumplirse 48 años del Golpe, el Estado les sigue debiendo a las víctimas y sus familias una política para la memoria que permita levantar y sostener sitios que permitan recordarlos. De los sitios de memoria existentes, está el Memorial de Paine, espacio construido en 2008 en recuerdo a los 70 detenidos desaparecidos y ejecutados de esta comuna. O el Memorial de Curacaví, erigido en 2011 en el lugar donde operó la ex Tenencia de Curacaví, desde donde desaparecieron y fueron asesinados 13 trabajadores agrícolas.

Sin embargo, a casi medio siglo de los hechos y el trabajo incansable de familiares de las víctimas, aún no pueden concretarse lugares de memoria en dos sitios emblemáticos de violaciones a los derechos humanos. Se trata del llamado Cuartel Dos de la Escuela de Infantería de San Bernardo, conocido como Casas Viejas de Chena, utilizado como centro de detención y tortura entre 1973 y 1974, y donde se ejecutaron a más de 100 personas. Allí es que la Corporación Memorial Cerro Chena (Cormech) lleva décadas de lucha para que en un sector de este recinto, declarado monumento histórico en 2018, conocido como “Loma para el Memorial”, se levante un memorial para recordar a sus familiares. Como diputación hemos apoyado esta demanda y solicitado a distintos ministerios que cumplan con sus mandatos para apoyar la protección y emplazamiento de este sitio de memoria. Creemos que las familias deben tener un acceso propio al sitio y no a través del recinto del Ejército y que deben existir los debidos resguardos en el lugar: señaléticas que indiquen que ahí se torturó y desapareció a personas. Es probable incluso que en el predio existan vestigios y osamentas; es por eso que nos preocupa, al igual que a Cormech, que en ese predio el Gobierno Regional esté llevando adelante la construcción de un parque metropolitano con obras de remoción de terreno.

Finalmente, otro caso emblemático es el de los Hornos de Lonquén, en la comuna de Talagante, pues fue la primera vez que salió a la luz pública la existencia de asesinatos y ocultamiento de cuerpos. En el lugar se encontraron restos óseos de 15 personas que fueron detenidas en 1973 por Carabineros en Isla de Maipo. En 1996 se le dio la categoría de monumento histórico, pero en 1980 el dueño del fundo Lonquén dinamitó los hornos haciendo desaparecer el lugar y, aunque en 2005 el Fisco adquirió los terrenos, no está abierto al público para ser visitado ni para conmemorar a las víctimas. La memoria obstinada ha caracterizado a las familias de las víctimas. Y creemos en aquello porque nuestro único homenaje posible a cientos de víctimas que eran jóvenes militantes, dirigentes campesinos y ferroviarios, será siempre la justicia y la memoria.

Marcela Sandoval Osorio Diputada (de Revolución Democrática) por el Distrito 14.

11 de septiembre: El Museo de la Memoria y los DD.HH. te invita a recordar y rendir homenaje a las víctimas de la Dictadura

Este sábado 11 de septiembre se cumplen 48 años del golpe de Estado en Chile y el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos conmemorará la fecha con una programación especial.

A 48 años del Golpe de Estado y en homenaje a las víctimas, el Museo de la Memoria realizará una serie de actividades online para invitar al público a reflexionar en torno a la memoria, y a asumir un rol más activo en la defensa y promoción de los derechos humanos en el presente.

El sábado inicia con Sintoniza con la Memoria, una galería auditiva en tiempo real, que transmite el golpe de estado en Chile minuto a minuto, a través de archivos radiales históricos que son parte de las colecciones del Museo. Este proyecto cuenta con reconocimientos dentro y fuera del país, como el León de Bronce en el Festival Cannes Lion 2019.

Sintoniza con la Memoria, que este año se realiza en su cuarta versión, utiliza archivos sonoros que incluyen transmisiones de radio, bandos militares, los últimos discursos de Allende y fragmentos de diálogos radiales entre militares golpistas, que permiten reconstruir los acontecimientos más relevantes de esa jornada.

La transmisión se realizará desde las 8.00 hasta las 18.00h a través de la web Sintoniza con la memoria, por las distintas plataformas digitales del museo, y se transmitirá también en la explanada del Museo.

A partir de las 19.00h, realizaremos el lanzamiento de Epistolaria de la Memoria, proyecto que reúne las cartas de familiares de mujeres detenidas desaparecidas y ejecutadas políticas durante la dictadura, escritas en la actualidad. Este año los textos fueron leídos por mujeres de la Red de Actrices de Chile, en un registro que quedará disponible desde el mismo sábado 11 en la plataforma virtual epistolariodelamemoria.cl.

En el cierre de la jornada, a través del homenaje Ausencia y Memoria, el Museo realizará el tradicional homenaje a las víctimas de la Dictadura, recordando los rostros de los hombres y mujeres detenidos desaparecidos y ejecutados, que esta vez se realizará en formato virtual a través del Facebook Live y Youtube del Museo, a partir de las 20.30h.

Durante la jornada, el Museo estará abierto en su horario habitual, con las limitaciones de aforo que impone la situación de pandemia.

Fuente: Cronica Digital

  • Publicado en Nacional
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